¿Alguna vez les pasó de tener sexo con alguien y quedar totalmente agotadas? ¿O con emociones negativas como angustia, inseguridad, enojo? Se supone que la energía sexual es nuestra energía vital y creativa -hay un posteo que amerita lectura obligatoria que se llama «Energía sexual vital creativa» en el que podés profundizar acerca de esto- y que en el caso de personas con vulva nos llena de energía, no así post eyaculación masculina que necesita recuperarla. Creo que como la sexualidad ha sido totalmente falocéntrica y coitocentrista se han convertido en tabúes algunas situaciones que nos condenan al vampirismo sexual.

Sexo en relación estable.
El amor romántico nos ha quitado la soberanía de nosotras mismas. Desde pequeñas consumimos historias que nos llevan a un lugar de dependencia y complacencia. De alguna manera hemos creído que si tu pareja sexo afectiva está disponible para tener sexo, se da el encuentro. El lema «no es no» tuvo repercusión recién en el 2018, los varones se encargan de insistir hasta que logran su objetivo y con suerte si lograste entrar en clímax y en conexión con tu deseo y placer tendrá final feliz. Lo cierto es que al estar «prestando» nuestros cuerpos nos estamos exponiendo a un claro ejemplo de vampirismo sexual.
Toda esa energía vital que nos llena de vida, se la come un polvo rápido o desganado. ¿Por qué entregaríamos nuestra energía más power y vital al deber ser en pareja? Durante años me sentí drenada, con angustia y mucho enojo post encuentro sexual. Un velo muy grande me decía por dentro que igual iba a pasarla bien y que es sexo, está bueno «coger». Pero mi energía cada vez estaba más apagada, desganada, disociada. Con el tiempo, esa energía se empezó a comer mi autoestima y mi apariencia también estaba desganada y drenada como mi sexualidad, pero yo creía que estaba bueno «coger». Mi relación tóxica no es el eje central del posteo, pero sí un claro ejemplo de como cedí y como también me quitaron mi soberanía, mi vitalidad y mi seguridad. No olvidemos que al margen del trabajo personal, estamos en un sistema patriarcal.
Si la relación es tóxica, el intercambio energético también lo es. Hay un mito tremendo que plantea que el sexo es mejor o más apasionado. Mi invitación sería a notar como quedamos después del encuentro. Si estás llena de energía, segura, feliz con vos misma, que siga el baile. Sino, alerta vampiro.
Sexo casual
En la sociedad hay un rechazo muy grande al celibato. Inmediatamente despierta la compasión del pueblo. «Pobrecit@ hace tiempo que no coge». Por supuesto que responde a esta sexualidad falocéntrica y coitocentrista, pero es mejor llevarte a la cama a cualquier postor que cuidar de tu energía y deseo con consciencia y presencia. He hecho varias encuestas sobre orgasmo y sexo casual, y el promedio general es que las mujeres no alcanzamos el orgasmo en los encuentros espontáneos. Si la única funcionalidad del sexo es sentir placer, para que nos exponemos a «coger por coger». Cada quien es libre de hacer con su cuerpo lo que quiera, la reflexión es la misma, ¿Cómo quedamos después de compartir la energía? Si hay vitalidad, alegría y buena vibra, es por ahí. Sino, alerta vampiro.
Llenar vacíos con sexo es una manera rápida de evitar sucumbir ante él, sea con quién sea y con el vínculo que sea. Esta idea de «coger está bueno» no siempre nos carga de vitalidad. Que cada encuentro, en pareja, casual, en grupo o como sea, nos haga más libres y más conscientes de nuestra energía.
Solo resta decir: Que te chupen todo menos la energía amor.
