PORNO FEMINISTA

El consumo de sexo siempre estuvo bien para los hombres. Damos por sentado que los varones se masturban en la pubertad, que consumen pornografía y que es normal que tengan sexo casual sin ningún juicio preestablecido. Es una «actividad» que se les da con naturalidad. El mismísimo patriarcado condena a quienes no tengan sexo como un macho cabrío a ser un «maricón», «virgen», «raro», y cualquier insulto que denigre a un hombre que no esté en el círculo de la eyaculación. Porque… ¿cómo un hombre no va a tener sexo? Lo cierto es que dentro de esta cultura patriarcal la educación que valida esta salida al mundo es la pornografía, o más bien la misoginia del sexo. Se dice que un caballero no tiene memoria y además entre sus propios círculos de amigos no se preguntan ni consultan como si lo hacemos entre mujeres. Porque… ¿cómo un hombre no va a saber como hacer tal o cual cosa? Si se preguntaran entre ellos donde está esto y aquello, como chupar, como penetrar, sobre gustos, colores y vaginas serían «maricones», «vírgenes», «raros» y cualquier insulto que descalifique la curiosidad de un hombre sexual. Y por esto ante la duda, zaz, película porno, que es la ficción menos creíble de todas y la más violenta. Antes que aceptar esa derrota del ego, se mueven consciente o inconscientemente como el registro de lo que consumen o vieron alguna vez.

Cuando me propusieron escribir sobre este tema me pregunte cual es mi registro de la pornografía y la verdad es que el consumo es ínfimo. Es como si también estuviera divida en cosas de hombres y mujeres. Bueno, las mujeres… ¿consumen pornografía? Los vestigios de imágenes que recuerdo haber cruzado casualmente en el pasado, por supuesto con vergüenza y culpa, como una mujer se enfrenta primariamente a estas «imágenes indebidas», son de hombres penetrando con fuerza modo robocop a una mujer que rebota y grita desenfrenadamente. Creo que primero y principal si vamos a tomar estas imágenes como educación sexual implícitamente, tienen que incluir imperativamente el consentimiento y la humanización de la mujer. La muñeca de plástico disponible para recibir esperma es un horror, la cosificación ya no es una opción. No dejaría de ser menos excitante en lo absoluto. Si seguimos como sociedad permitiendo la reproducción de este contenido, las violaciones seguirán siendo el pan nuestro de cada día y los hombres seguirán perpetuando este trato violento en nuestras sábanas. Es parte del inconsciente colectivo y por eso creo imprescindible la creación de contenido que muestre un erotismo verdadero que excite a hombres y a mujeres desde el respeto y el deseo mutuo.

Entonces ¿Por qué el sexo es una industria exclusiva para hombres? ¿Qué nos excita a las mujeres? ¿Cómo logramos naturalizar un erotismo inclusivo? Con la soberanía de la mujer deseante por encima de la eterna objeta de deseo logramos tener voz y con ella crear contenido que por fin derrumbe los años de violencia e ignorancia. Si bien mi experiencia en la pornografía sigue siendo nula, un poco por mandato vintage y otro por contenido que no me agrada, te comparto información que me resulta pertinente al menos para comenzar a transitar un nuevo camino del erotismo feminista lejos del falocentrismo de la vieja escuela.

Sexualidad, equidad y placer ¿Son compatibles? Pues claro que sí, son la base de este género. Buscando por la web más información para seguir rompiendo el hielo y matando mitos me encontré con lo siguiente: «No se trata de un género más light o suave ni está dedicado exclusivamente a mujeres homosexuales, sino que se trata de mostrar relaciones sexuales en las que no solo cuenta la opinión o el deseo del varón. En este porno igualitario las mujeres reciben tanto como dan y viceversa». Que loco que haya que aclarar que no solo cuenta la opinión del varón y su deseo. Es justo la esencia de la construcción de la sexualidad durante tanto tiempo y debe morir. Sigo citando: «Otro detalle importante es que se tiene una visión positiva sobre la sexualidad, lo que significa que busca representar distintas orientaciones sexuales, prácticas, cuerpos y gustos, desde una perspectiva inclusiva donde el placer sea democrático.»

Dicen por la web que la eminencia en el porno feminista es Erika Lust, pionera en el género, directora, guionista y productora independiente, además ha escrito la novela erótica «La canción de Nora» que claramente me encantaría leer. Erika estudió Ciencias Políticas y se especializó en Derechos Humanos y Feminismo, así describen su trabajo: «Lust considera que el cine pornográfico puede ser un instrumento educativo además de placentero, y puede ayudar a conocer mejor la sexualidad, vivir más libres y explorar los deseos de manera más natural. También espera poder cambiar la percepción de género y los papeles sexuales estereotipados a través de su trabajo. Opina que la pornografía es el discurso más importante en cuanto a género y sexualidad.» Lust tiene su propia productora, Lust Film, y actualmente produce contenido colectivamente. Su proyecto, Xconfessions, recoge fantasías de sus suscriptores y las convierte en cortometrajes. Gran iniciativa ¿no? Aquí un trailer muy corto de algunas de sus historias colaborativas.

Ganar terreno en esta industria siendo mujer es un montón. Hace un par de días escuchaba una ronda de actrices de Hollywood hablando sobre la lucha en el ambiente siendo mujeres. La actriz Maggie Gyllenhaal, protagoniza y produce la serie «The Deuce» que narra los comienzos de la industria pornográfica en EEUU. La actriz exponía que para ella era imprescindible que los guiones también estén escritos por mujeres. Describió una escena en donde su personaje, una prostituta que luego produce sus propias películas, tiene sexo con un hombre por amor y tras no lograr su satisfacción, se da vuelta y se masturba. El punto es que la eliminaron y luego pidió que la restituyeran. En esta escena la actriz quería mostrar de manera real el orgasmo de una mujer fuera de la industria del porno y la prostitución. «Nada más íntimo y silencioso. Tenía que ser el mejor orgasmo de mi vida, que al menos durara unos 30 segundos»

Existen controversias respecto a si el porno puede ser realmente feminista. El trabajo sexual sigue abriendo espacios de debate. Por un lado creo que la mujer objeto debe morir y si las imágenes aportan a que esto sea un poco más real, es positivo. De igual manera hay una mujer y un hombre que están produciendo este contenido y… ¿se los exime de objetos de deseo? ¿Qué pasa con la representación de la acción y la cosificación para el que está mirando? Por otro lado, creo que la mujer es un ser sexual y después de tantos años de silencio, crear contenido erótico y porno desde esta óptica es una herramienta educativa, siempre y cuando las condiciones de trabajo sean dignas. Pero esto mismo me lleva a pensar en tantas otras que han sido privadas de su libertad para generar este tipo de contenidos y mi perspectiva estalla en contradicciones. Si realmente pudiéramos habitar la sexualidad con naturalidad, con amor -primero hacia unx mismx-, con apertura y equidad tal vez la recepción sería otra, porque no habría enrosques macabros, más que disfrutar de compartir placer con otrx y con la pantalla también ¿no? Al fin y al cabo todxs tenemos sexo en la vida…

Los mitos y leyendas sobre la sexualidad femenina están siendo derribados porque nos estamos haciendo cargo de escribir nuestra propia historia. Construir una sexualidad consciente, inclusiva, respestuosa y placentera depende de todxs y empieza por casa. Que la deconstrucción no dé miedo que la vida está para gozarla amor. Vamos por ello.

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