BRIDGERTON

En la propuesta del momento te traigo la primera temporada de Bridgerton. Esta serie que podes encontrar en Netflix se sitúa en el siglo XIX. No es un dato menor el despliegue del vestuario, la escenografía, la música, la fotografía, realmente la dirección de arte es sublime, sostiene un estética muy bella que acompaña al argumento. Y en ese terreno vamos a ahondar desde este momento, como siempre, sin ánimo de spoiler.

PRIMERA IMPRESIÓN

Apenas comencé a verla tuve la sensación de desasosiego. Hay que situarse a comienzos del 1800 y en la sociedad de la época para lograr entrar en la historia sin las inmediatas ganas de salir corriendo. Sin embargo, no podía dejar de pensar en que el contenido era tan patriarcal que realmente dude en continuar la reproducción, si no fuera por la hermosa producción. Lo cierto es que dada la oportunidad de atravesar el límite de mi profunda incomodidad, puedo tocar determinadas temáticas que se despiertan en la serie y que son parte de nuestro ADN ancestral. Es inútil negar el pasado de la mujer y creo que al crear este tipo de contenidos podemos lograr un mejor entendimiento, incluso desde el presente, de como estos paradigmas han sido tan letales en nuestra propia sangre.

CASADA O CAZADA

El tema central de la serie es la presentación de las mujeres en la sociedad. En la época el objetivo principal de una mujer era conseguir marido. Estamos hablando de la élite londinense super acomodada, por lo que además el mejor postor tenía que tener títulos de nobleza y ellas aportar una gran dote. Sin un marido una mujer estaría perdida, sin futuro. Se destaca la necesidad de comprometerse y la competencia femenina por los solteros más codiciados. No digo que las cosas en la actualidad sean idénticas, pero la soltería de la mujer mayor de 30 sigue siendo una extravagancia, cada vez menor pero lo es, y la competencia de mujeres sigue vigente. No debería sorprendernos teniendo en cuenta este pasado rígidamente estructural.

UN TEMA DE HONOR

Algo que me llamó mucho la atención es el tema del honor. El honor de una mujer estaba merced de su pureza virginal. Que sea vista con un hombre a solas era motivo de deshonra, era sinónimo de lascivia. En el caso de los hombres, eran quienes debían cuidar el honor de la familia, y se retaban a duelo de muerte en caso de que ocurriera algún episodio de deshonra como la mencionada anteriormente. Las mujeres eran virtuosas si se mantenían vírgenes e inocentes y los varones se enfrentaban con violencia para salvar el honor familiar. No digo que las cosas en la actualidad sean idénticas, pero la libertad sexual de la mujer es aún una materia pendiente y los varones siguen enfrentándose con violencia. El diccionario dice que el honor es una «cualidad moral que impulsa a una persona a actuar rectamente, cumpliendo su deber y de acuerdo con la moral. // Respeto y buena opinión que se tiene de las cualidades morales y de la dignidad de una persona.» Entonces llevamos en nuestro ADN que nuestro deber y moral nos piden castidad y buenos modales, mientras a ellos los incita a defenderse. Esto es actuar rectamente, esto es el honor que traemos en el inconsciente. ¿Cuántas veces un hombre «defendió» a «su» mujer a las piñas porque alguien la miró demás? ¿Cuántas veces la mujeres que tuvieron sexo en la primera cita fueron tildadas como rápidas y no viceversa? ¿Cuántas mujeres al día de hoy se casan vírgenes hasta el matrimonio? ¿Qué sentido real tiene todo esto? ¿Seremos animales de costumbre? Es más fácil el camino viejo conocido, así sea desde el 1800, que crear nuestra propia realidad.

AYER Y HOY

El paradigma del matrimonio y la estabilidad económica atañe a hombres y mujeres. Las perspectivas de los diversos personajes son interesantes. La particular historia de lxs protagonistas propone un viaje por los mandatos familiares, el orgullo, la seducción, la mentira y el apego al pasado. Dentro de todo este sistema altamente patriarcal la serie regala diálogos con tintes feministas que van desde la emancipación, la masturbación, el aborto, la posibilidad de no casarse, entre otras que no develaré para que puedas dejarte llevar y sacar tus propias conclusiones.

La traigo y recomiendo para seguir creando la mujer que se quita los mandatos, los paradigmas y el pasado. Esta programación existe en nuestro inconsciente y aunque nos creamos libres de todas estas historias absurdas para el 2021, quitarnos una manera de vivir lleva tiempo y un real despertar de consciencia. Vamos por ello.

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